jueves, 17 de mayo de 2018

INFORME DE Mª JOSÉ RODRÍGUEZ TRAS LA ESTANCIA EN KARLOVY VARY (REPÚBLICA CHECA) EN LA MODALIDAD DE JOB SHADOWING, DEL 8 AL 14 DE ABRIL DE 2018.


Tras mi paso por la Escuela Secundaria de Arte y Tecnología de Karlovy Vary, me gustaría poner en común con la comunidad educativa todo lo aprendido y las conclusiones obtenidas de mi paso por este centro. Fueron unos días intensos en los que pude compartir protocolos y estrategias de atención a la diversidad con los compañeros de República Checa, pues en definitiva, eso era lo que estaba buscando: atención a la diversidad, metodología inclusiva,  buenas prácticas que nos ayuden a atender al alumnado que no quiere aprender, al que no le gusta estudiar, para quien la escuela es un peso, así como formas de integrar a los alumnos con necesidades educativas especiales.

                Los programas que se desarrollan en la Escuela de Arte en la que realicé mi “job shadowing” consisten en especializaciones en Arte (Diseño gráfico, Fotografía y medios de comunicación, Cerámica y Diseño de cristal, Diseño de moda) y especializaciones en Ciencia y Técnica (Ecología y Medio Ambiente, Química aplicada). Las titulaciones en estos grados daban el acceso a la Universidad. Además, los alumnos que no obtienen una de esas plazas a las que se accede mediante examen, pueden hacer un Aprendizaje de Producción y Decoración de Cerámica o de Producción de Cristal, lo que equivaldría en nuestro sistema educativo a FPB.


                Estas enseñanzas están relacionadas con el entorno económico y social de la zona, pues Karlovy Vary no solo es tierra de manantiales de aguas curativas, sino que también es zona productiva de cerámica de gran calidad y del famoso e importante cristal Moser, con el que se hacen espectaculares cristalerías que cubren las mesas de la realeza y de las personas muy acaudaladas.


                Las instalaciones con las que cuenta la Skola, al ser una escuela de arte, son muy especiales…El espíritu creativo flota por todas partes, y las obras de alumnos y profesores están por doquier, decorando y embelleciendo los espacios. Me causó una grata impresión ver a los alumnos trabajando en los diferentes talleres en un ambiente distendido y relajado, con música de fondo, rodeados de instrumental que podía llegar a ser peligroso pero entre el que no parecían correr peligro porque sabían utilizarlo, lugares donde los niños trabajaban con el torno de ceramista, con la pintura de diferentes piezas,  creando diseños sobre papel y cortando tela, cosiendo en máquinas que me trajeron gratos recuerdos de cuando en nuestro propio pueblo la confección era motor de economía local. Además, los alumnos tienen materias comunes como Historia, Lengua Checa o Educación Física, y aprenden tres lenguas: Inglés, Ruso y Alemán.

                Cuando tuve acceso a las aulas donde se impartían las clases, pude observar que las ratios eran más reducidas, lo que permitía realizar dinámicas de aprendizaje diferentes, que permitían a los alumnos interactuar en clase de forma más amena. Por supuesto, también vi a chicos desmotivados y con las caras de fastidio de quienes no tienen mucho interés, y los compañeros me hablaron de algunos cursos más difíciles de llevar, casi siempre en el nivel de Aprendizaje, no en las especialidades. También tuve ocasión de visitar la fábrica de cristal Moser, lo que supuso todo un privilegio para mí, pues no hubo rincón de la misma que no viera ni fase productiva que no aprendiera, y allí vi a los alumnos de la Skola haciendo su aprendizaje práctico. Su profesor me contaba que era muy difícil para ellos motivarlos, y que solían ser a veces perezosos, aunque varios de ellos terminaban trabajando en ese lugar tan especial.



                Una de las experiencias en el centro fue la entrevista con la psicóloga del mismo, Mrs. Dita Bosnan, que me estuvo explicando cómo se atendían en la Skola y en el sistema educativo checo las necesidades educativas especiales. Por lo pronto, en la escuela pública, siempre hay en este país integración total: el alumno con cualquier discapacidad no sale de su aula, no hay clase de apoyo ni aula específica, pero sí se dispone de profesores auxiliares que atienden de forma constante al niño. En este centro en concreto, hay varios alumnos de necesidades educativas especiales que terminarán el Aprendizaje con éxito, que tienen una planificación educativa individual y una dinámica de aprendizaje diferente, y que reciben de la psicóloga atención personalizada que los ayuda a desarrollar la autoconfianza y la inteligencia emocional.


                Además, pude reunirme con Mrs. Ivana Stulirova, la “Educational counsellor”, que se ocupaba de todos los informes psicopedagógicos y de los problemas disciplinarios. Cuando un estudiante tiene problemas de lectoescritura, de dislexia, etc, sigue integrado en clase con la supervisión de Ivana, que le hace su adaptación e informe necesarios. Ella me contó que la mayoría de los problemas disciplinarios están relacionados con el acoso a través de las redes sociales y con los retrasos y las faltas injustificadas; para atender este tipo de problemas ,me estuvo explicando los protocolos que ponen en marcha y que permiten atajar malas conductas con éxito. También me dijo que se encargaba de la adaptación de los alumnos procedentes de otros países, generalmente de Kosovo y de Mongolia, y que no tenían problemas en el centro.


                Aparte, la Skola contaba con otra docente que se encargaba de la orientación académica y profesional del alumnado…Todo este despliegue de medios para poco más de trescientos alumnos.

                Mi estancia en Karlovy Vary se completó con visitas culturales a una hermosa ciudad, repleta de historia y de belleza, y con una escapada que me permitió conocer, además de sus maravillas arquitectónicas, el Franz Kafka Museum, donde pude aprender sobre la vida y obra del autor de La Metamorfosis. Toda una experiencia única, gratificante, dura a veces por la inmersión lingüística total, pero inolvidable.

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