Tras mi paso por la Escuela
Secundaria de Arte y Tecnología de Karlovy Vary, me gustaría poner en común con
la comunidad educativa todo lo aprendido y las conclusiones obtenidas de mi
paso por este centro. Fueron unos días intensos en los que pude compartir
protocolos y estrategias de atención a la diversidad con los compañeros de
República Checa, pues en definitiva, eso era lo que estaba buscando: atención a
la diversidad, metodología inclusiva,
buenas prácticas que nos ayuden a atender al alumnado que no quiere
aprender, al que no le gusta estudiar, para quien la escuela es un peso, así
como formas de integrar a los alumnos con necesidades educativas especiales.
Los
programas que se desarrollan en la Escuela de Arte en la que realicé mi “job
shadowing” consisten en especializaciones en Arte (Diseño gráfico, Fotografía y
medios de comunicación, Cerámica y Diseño de cristal, Diseño de moda) y
especializaciones en Ciencia y Técnica (Ecología y Medio Ambiente, Química
aplicada). Las titulaciones en estos grados daban el acceso a la Universidad.
Además, los alumnos que no obtienen una de esas plazas a las que se accede
mediante examen, pueden hacer un Aprendizaje de Producción y Decoración de
Cerámica o de Producción de Cristal, lo que equivaldría en nuestro sistema
educativo a FPB.
Estas
enseñanzas están relacionadas con el entorno económico y social de la zona,
pues Karlovy Vary no solo es tierra de manantiales de aguas curativas, sino que
también es zona productiva de cerámica de gran calidad y del famoso e importante
cristal Moser, con el que se hacen espectaculares cristalerías que cubren las
mesas de la realeza y de las personas muy acaudaladas.
Las
instalaciones con las que cuenta la Skola, al ser una escuela de arte, son muy
especiales…El espíritu creativo flota por todas partes, y las obras de alumnos
y profesores están por doquier, decorando y embelleciendo los espacios. Me
causó una grata impresión ver a los alumnos trabajando en los diferentes
talleres en un ambiente distendido y relajado, con música de fondo, rodeados de
instrumental que podía llegar a ser peligroso pero entre el que no parecían
correr peligro porque sabían utilizarlo, lugares donde los niños trabajaban con
el torno de ceramista, con la pintura de diferentes piezas, creando diseños sobre papel y cortando tela,
cosiendo en máquinas que me trajeron gratos recuerdos de cuando en nuestro
propio pueblo la confección era motor de economía local. Además, los alumnos
tienen materias comunes como Historia, Lengua Checa o Educación Física, y
aprenden tres lenguas: Inglés, Ruso y Alemán.
Cuando
tuve acceso a las aulas donde se impartían las clases, pude observar que las
ratios eran más reducidas, lo que permitía realizar dinámicas de aprendizaje
diferentes, que permitían a los alumnos interactuar en clase de forma más
amena. Por supuesto, también vi a chicos desmotivados y con las caras de
fastidio de quienes no tienen mucho interés, y los compañeros me hablaron de
algunos cursos más difíciles de llevar, casi siempre en el nivel de
Aprendizaje, no en las especialidades. También tuve ocasión de visitar la
fábrica de cristal Moser, lo que supuso todo un privilegio para mí, pues no
hubo rincón de la misma que no viera ni fase productiva que no aprendiera, y
allí vi a los alumnos de la Skola haciendo su aprendizaje práctico. Su profesor
me contaba que era muy difícil para ellos motivarlos, y que solían ser a veces
perezosos, aunque varios de ellos terminaban trabajando en ese lugar tan
especial.
Una
de las experiencias en el centro fue la entrevista con la psicóloga del mismo,
Mrs. Dita Bosnan, que me estuvo explicando cómo se atendían en la Skola y en el
sistema educativo checo las necesidades educativas especiales. Por lo pronto,
en la escuela pública, siempre hay en este país integración total: el alumno
con cualquier discapacidad no sale de su aula, no hay clase de apoyo ni aula
específica, pero sí se dispone de profesores auxiliares que atienden de forma
constante al niño. En este centro en concreto, hay varios alumnos de
necesidades educativas especiales que terminarán el Aprendizaje con éxito, que
tienen una planificación educativa individual y una dinámica de aprendizaje
diferente, y que reciben de la psicóloga atención personalizada que los ayuda a
desarrollar la autoconfianza y la inteligencia emocional.
Además,
pude reunirme con Mrs. Ivana Stulirova, la “Educational counsellor”, que se
ocupaba de todos los informes psicopedagógicos y de los problemas
disciplinarios. Cuando un estudiante tiene problemas de lectoescritura, de
dislexia, etc, sigue integrado en clase con la supervisión de Ivana, que le
hace su adaptación e informe necesarios. Ella me contó que la mayoría de los
problemas disciplinarios están relacionados con el acoso a través de las redes
sociales y con los retrasos y las faltas injustificadas; para atender este tipo
de problemas ,me estuvo explicando los protocolos que ponen en marcha y que
permiten atajar malas conductas con éxito. También me dijo que se encargaba de
la adaptación de los alumnos procedentes de otros países, generalmente de
Kosovo y de Mongolia, y que no tenían problemas en el centro.
Aparte,
la Skola contaba con otra docente que se encargaba de la orientación académica
y profesional del alumnado…Todo este despliegue de medios para poco más de
trescientos alumnos.
Mi
estancia en Karlovy Vary se completó con visitas culturales a una hermosa
ciudad, repleta de historia y de belleza, y con una escapada que me permitió
conocer, además de sus maravillas arquitectónicas, el Franz Kafka Museum, donde
pude aprender sobre la vida y obra del autor de La Metamorfosis. Toda una
experiencia única, gratificante, dura a veces por la inmersión lingüística
total, pero inolvidable.
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